América del Sur, en general, vive una agitación política como vimos en sus últimas elecciones, pero incluso con el mal clima, ninguna se acercó a la inestabilidad de la presidencia en Perú, que tuvo seis presidentes en sólo seis años.
Pedro Castillo fue el último en caer en diciembre de 2022, pero antes que él, otros antecesores también corrieron la misma suerte. Además de Castillo, también han gobernado el país en los últimos 4 años Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra, Manuel Merino y Francisco Sagasti.
Tras el paso de las cinco, Dina Boluarte se convirtió en la primera mujer presidenta en la historia del Perú, pero también en la sexta jefa del Estado peruano desde 2018.
¿Por qué es tan fácil cambiar la presidencia?
La explicación a esta pregunta se debe a una Constitución Política del Perú, aprobada en 1993, que establece que la Presidencia de la República queda vacante por «incapacidad temporal o permanente del presidente, declarada por el Congreso».
Con esta laguna jurídica, el Congreso puede destituir al presidente de su cargo en cualquier momento, necesitando sólo 87 votos para lograr la hazaña. Esta peculiaridad constitucional explica por qué los presidentes peruanos son tan frágiles en el cargo.
Algo que sólo sería así en casos extremos, en el Perú no es así. Los sucesivos Congresos se han dado cuenta de que el proceso de vacancia les da la posibilidad de destituir al presidente y no dudan en utilizarlo, provocando inestabilidad en el país.
La previsión de nuevas elecciones para la Presidencia y el Congreso se realizarán con normalidad en el próximo ciclo, en 2026, tras el rechazo, por parte de los parlamentarios, de la solicitud de adelantar las elecciones a 2024. El pueblo espera que en el próximo ciclo no haya abusos. un vacío legal en la ley que ayudaría al país.